Entre dos máscaras

Hola a todos,

Para seros sincera, llevo mucho tiempo pensado como comenzar. Y bueno….creo que

por el momento, es mejor comenzar por el final.

Me llamo Carla y hoy por hoy soy más bien

conocida artísticamente (por decirlo de alguna forma) como Melissa.

Melissa es una joven, guapa y sensual MASAJISTA erótica con gustos refinados, que

ofrece masajes en tanga o completamente desnuda -según las necesidades-, a hombres que

pueden permitírselo. No ofrece servicios sexuales, es decir, no realiza ningún tipo de

penetración, francés, griego ni romano. Y bueno… siendo completamente sincera, no puede

quejarse de su situación actual, dentro de lo que cabe, puede elegir a quién atender, como lo

quiere atender y lo mejor de todo, Melissa ha logrado que Carla tenga vida social y le ha dado

un respiro pero… la historia no siempre fue así.

Después de esta pequeña presentación, creo que puedo contaros algo más de Carla

quizás así, podáis comprender un poco mejor a Melissa.

Nací en un barrio de una gran ciudad latinoamericana. Mi padre -un gran médico

distinguido, de origen muy humilde-, se casó con mi querida mami -ama de casa- a los 21años.

A los 22 tuvo su primera hija, Ariana y dos años más tarde llego Sandra. Para ese entonces, -

gracias al apoyo incondicional de mi madre y a los esfuerzos de mi padre-, Ariana y Sandra

tenían niñera, chofer, guarda espaldas, una gran casa en la que jugar y podían recibir una

buena educación. Los siguientes cinco años, mi padre se dedicó en cuerpo y alma a convertirse

en uno de los mejores cardiólogos de mi país y dos años después, a sus 31 años, consiguió su

objetivo y lo celebró con mi madre encargado otra niña, llegue para Navidad.

Si escarbo en memoria, recuerdo una enorme avenida en la que había una casa tan

grande que una vez dentro, si desaparecía de los ojos de mi niñera, podían tardar en

encontrarme por lo menos unos… cuarenta y cinco minutos, por lo visto, -desde muy

temprana edad apuntaba maderas y era toda una experta en el arte del camuflaje, disfraz y

escondite -.

Puede que de ahí venga mi pasión por estar sola, inventarme historias y

personajes ficticios.

Ahora… os toca decidir a vosotros ¿Os cuento la continuación de esta historia?